Saturday, January 28, 2012

"El hijo", por Horacio Quiroga


Es un poderoso día de verano en Misiones, con todo el sol, el calor y la calma que puede deparar la estación. La naturaleza, plenamente abierta, se siente satisfecha de sí.

Como el sol, el calor y la calma ambiente, el padre abre también su corazón a la naturaleza.

-Ten cuidado, chiquito -dice a su hijo, abreviando en esa frase todas las observaciones del caso y que su hijo comprende perfectamente.

-Si, papá -responde la criatura mientras coge la escopeta y carga de cartuchos los bolsillos de su camisa, que cierra con cuidado.

-Vuelve a la hora de almorzar -observa aún el padre

-Sí, papá -repite el chico.

Equilibra la escopeta en la mano, sonríe a su padre, lo besa en la cabeza y parte. Su padre lo sigue un rato con los ojos y vuelve a su quehacer de ese día, feliz con la alegría de su pequeño.

Sabe que su hijo es educado desde su más tierna infancia en el hábito y la precaución del peligro, puede manejar un fusil y cazar no importa qué. Aunque es muy alto para su edad, no tiene sino trece años. Y parecía tener menos, a juzgar por la pureza de sus ojos azules, frescos aún de sorpresa infantil. No necesita el padre levantar los ojos de su quehacer para seguir con la mente la marcha de su hijo.

Ha cruzado la picada roja y se encamina rectamente al monte a través del abra de espartillo.

Para cazar en el monte -caza de pelo- se requiere más paciencia de la que su cachorro puede rendir. Después de atravesar esa isla de monte, su hijo costeará la linde de cactus hasta el bañado, en procura de palomas, tucanes o tal cual casal de garzas, como las que su amigo Juan ha descubierto días anteriores. Sólo ahora, el padre esboza una sonrisa al recuerdo de la pasión cinegética de las dos criaturas. Cazan sólo a veces un yacútoro, un surucuá -menos aún- y regresan triunfales, Juan a su rancho con el fusil de nueve milímetros que él le ha regalado, y su hijo a la meseta con la gran escopeta Saint-Étienne, calibre 16, cuádruple cierre y pólvora blanca.

Él fue lo mismo. A los trece años hubiera dado la vida por poseer una escopeta. Su hijo, de aquella edad, la posee ahora y el padre sonríe...

No es fácil, sin embargo, para un padre viudo, sin otra fe ni esperanza que la vida de su hijo, educarlo como lo ha hecho él, libre en su corto radio de acción, seguro de sus pequeños pies y manos desde que tenía cuatro años, consciente de la inmensidad de ciertos peligros y de la escasez de sus propias fuerzas.

Ese padre ha debido luchar fuertemente contra lo que él considera su egoísmo. ¡Tan fácilmente una criatura calcula mal, sienta un pie en el vacío y se pierde un hijo.

El peligro subsiste siempre para el hombre en cualquier edad; pero su amenaza amengua si desde pequeño se acostumbra a no contar sino con sus propias fuerzas.

De este modo ha educado el padre a su hijo. Y para conseguirlo ha debido resistir no sólo a su corazón, sino a sus tormentos morales; porque ese padre, de estómago y vista débiles, sufre desde hace un tiempo de alucinaciones.

Ha visto, concretados en dolorosísima ilusión, recuerdos de una felicidad que no debía surgir más de la nada en que se recluyó. La imagen de su propio hijo no ha escapado a este tormento. Lo ha visto una vez rodar envuelto en sangre cuando el chico percutía en la morsa del taller una bala de parabellum, siendo así que lo que hacía era limar la hebilla de su cinturón de caza.

Horrible caso... Pero hoy, con el ardiente y vital día de verano, cuyo amor a su hijo parece haber heredado, el padre se siente feliz, tranquilo y seguro del porvenir.

En ese instante, no muy lejos, suena un estampido.

-La Saint-Étienne... -piensa el padre al reconocer la detonación. Dos palomas de menos en el monte...

Sin prestar más atención al nimio acontecimiento, el hombre se abstrae de nuevo en su tarea.

El sol, ya muy alto, continúa ascendiendo. Adónde quiera que se mire -piedras, tierra, árboles-, el aire enrarecido como en un horno, vibra con el calor. Un profundo zumbido que llena el ser entero e impregna el ámbito hasta donde la vista alcanza, concentra a esa hora toda la vida tropical.

El padre echa una ojeada a su muñeca: las doce. Y levanta los ojos al monte. Su hijo debía estar ya de vuelta. En la mutua confianza que depositan el uno en el otro -el padre de sienes plateadas y la criatura de trece años-, no se engañan jamás. Cuando su hijo responde: "Sí, papá", hará lo que dice. Dijo que volvería antes de las doce, y el padre ha sonreído al verlo partir. Y no ha vuelto.

El hombre torna a su quehacer, esforzándose en concentrar la atención en su tarea. ¿Es tan fácil, tan fácil perder la noción de la hora dentro del monte, y sentarse un rato en el suelo mientras se descansa inmóvil?

El tiempo ha pasado; son las doce y media. El padre sale de su taller, y al apoyar la mano en el banco de mecánica sube del fondo de su memoria el estallido de una bala de parabellum, e instantáneamente, por primera vez en las tres transcurridas, piensa que tras el estampido de la Saint-Étienne no ha oído nada más. No ha oído rodar el pedregullo bajo un paso conocido. Su hijo no ha vuelto y la naturaleza se halla detenida a la vera del bosque, esperándolo.

¡Oh! no son suficientes un carácter templado y una ciega confianza en la educación de un hijo para ahuyentar el espectro de la fatalidad que un padre de vista enferma ve alzarse desde la línea del monte. Distracción, olvido, demora fortuita: ninguno de estos nimios motivos que pueden retardar la llegada de su hijo halla cabida en aquel corazón

Un tiro, un solo tiro ha sonado, y hace mucho. Tras él, el padre no ha oído un ruido, no ha visto un pájaro, no ha cruzado el abra una sola persona a anunciarle que al cruzar un alambrado, una gran desgracia...

La cabeza al aire y sin machete, el padre va. Corta el abra de espartillo, entra en el monte, costea la línea de cactus sin hallar el menor rastro de su hijo

Pero la naturaleza prosigue detenida. Y cuando el padre ha recorrido las sendas de caza conocidas y ha explorado el bañado en vano, adquiere la seguridad de que cada paso que da en adelante lo lleva, fatal e inexorablemente, al cadáver de su hijo.

Ni un reproche que hacerse, es lamentable. Sólo la realidad fría, terrible y consumada: ha muerto su hijo al cruzar un... ¡Pero dónde, en qué parte! ¡Hay tantos alambrados allí, y es tan, tan sucio el monte! ¡Oh, muy sucio ! Por poco que no se tenga cuidado al cruzar los hilos con la escopeta en la mano...

El padre sofoca un grito. Ha visto levantarse en el aire... ¡Oh, no es su hijo, no! Y vuelve a otro lado, y a otro y a otro...

Nada se ganaría con ver el color de su tez y la angustia de sus ojos. Ese hombre aún no ha llamado a su hijo. Aunque su corazón clama por él a gritos, su boca continúa muda. Sabe bien que el solo acto de pronunciar su nombre, de llamarlo en voz alta, será la confesión de su muerte.

-¡Chiquito! -se le escapa de pronto. Y si la voz de un hombre de carácter es capaz de llorar, tapémonos de misericordia los oídos ante la angustia que clama en aquella voz.

Nadie ni nada ha respondido. Por las picadas rojas de sol, envejecido en diez años, va el padre buscando a su hijo que acaba de morir.

-¡Hijito mío..! ¡Chiquito mío..! -clama en un diminutivo que se alza del fondo de sus entrañas.

Ya antes, en plena dicha y paz, ese padre ha sufrido la alucinación de su hijo rodando con la frente abierta por una bala al cromo níquel. Ahora, en cada rincón sombrío del bosque, ve centellos de alambre; y al pie de un poste, con la escopeta descargada al lado, ve a su...

-¡Chiquito...! ¡Mi hijo!

Las fuerzas que permiten entregar un pobre padre alucinado a la más atroz pesadilla tienen también un límite. Y el nuestro siente que las suyas se le escapan, cuando ve bruscamente desembocar de un pique lateral a su hijo.

A un chico de trece años bástale ver desde cincuenta metros la expresión de su padre sin machete dentro del monte para apresurar el paso con los ojos húmedos.

-Chiquito... -murmura el hombre. Y, exhausto, se deja caer sentado en la arena albeante, rodeando con los brazos las piernas de su hijo.

La criatura, así ceñida, queda de pie; y como comprende el dolor de su padre, le acaricia despacio la cabeza:

-Pobre papá...

En fin, el tiempo ha pasado. Ya van a ser las tres...

Juntos ahora, padre e hijo emprenden el regreso a la casa.

-¿Cómo no te fijaste en el sol para saber la hora...? -murmura aún el primero.

-Me fijé, papá... Pero cuando iba a volver vi las garzas de Juan y las seguí...

-¡Lo que me has hecho pasar, chiquito!

-Piapiá... -murmura también el chico.

Después de un largo silencio:

-Y las garzas, ¿las mataste? -pregunta el padre.

-No.

Nimio detalle, después de todo. Bajo el cielo y el aire candentes, a la descubierta por el abra de espartillo, el hombre vuelve a casa con su hijo, sobre cuyos hombros, casi del alto de los suyos, lleva pasado su feliz brazo de padre. Regresa empapado de sudor, y aunque quebrantado de cuerpo y alma, sonríe de felicidad.

Sonríe de alucinada felicidad... Pues ese padre va solo.

A nadie ha encontrado, y su brazo se apoya en el vacío. Porque tras él, al pie de un poste y con las piernas en alto, enredadas en el alambre de púa, su hijo bienamado yace al sol, muerto desde las diez de la mañana.

FIN

28 comments:

  1. ¡Que cuento tan triste! En el inicio ha muchas palabras fuertes; el día es “poderoso” y la personificación del naturaleza es amenazante. El peligro de la naturaleza siempre está presente, y la cinegética y los miedos del papá presagian el fin. También contribuyen al tono siniestro atreves de todo el cuento.
    El autor usa el diálogo para establecer el relación entre el padre y su hijo. Pero también el lector puede ver los pensamientos del papá y su perspectivo en su hijo. El hijo es el foco de todo la esperanza y la felicidad del papá, el es la cosa de máxima atención, preocupación, y amor para su papá. Sin embargo, sólo tenemos el repuesto “Si, pap” para entender el carácter del hijo. Es interesante que usa la palabra “criatura” al lo menos tres veces en vez de niño algo así.
    Fijé también en el estilo de los párrafos. Algunos frases muy importantes están aislados para poner más énfasis, por ejemplo con “…sueno un estampido” y “Y no ha vuelto.”

    Katie Gowell

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    1. Gracias por señalar lo de los párrafos. No los había fijado pero de hecho, todos los párrafos son muy cortos, consisten en una o dos oraciones. Es bastante raro para que me haga pensar en el efecto de esa brevedad. Creo que aumenta la tensión, no? Las párrafos subrayan los minutos pasando en la historia, la angustia del padre.

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  2. Horacio Quiroga usa sus experiencias de su vida personal en este cuento. Es una refleja de su vida y sus sufrimientos. Yo pienso que él usa su escritura para relfejar en su vida y para sacar significanza de la porque nadie debe vivir así como él. El papel de su padre representa lo que no puede controlar, que ha enseñado todo a su hijo, y ahora llegó la hora de dejarlo sólo y ser pasiva, pero no puede parar a pensar en su hijo y su muerte. Es el mismo en la vida de Quiroga, que muchas personas morieron, y no había algo que podía hacer, pero no podía parar a pensar en ellos ni cambiar algo. El padre del cuento sufre de alucinados, que representan sus grandes miedos, que el lector aprende que ocurre. El hecho de que alucionara él la muerte de su hijo pero lo encontró en la selva simboliza que, en la mente del padre, lo real se confusaba con lo irreal, que nos da la idea de instabilidad de mente. Él creó todo en su mente porque es su manera de hacer frenta a su vida real, que está llena de muerte de su esposa y su hijo, todas las personas importantes de su vida.
    Emily Hagenaars

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    1. ¡Sí, el cuento se hace hasta más espantoso cuando uno sabe la biografía del autor!

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  3. El medio ambiente es vivo como un carácter central en este cuento. Me fijé en la repetición y énfasis de “el sol, el calor y la calma…” en los dos primeros párrafos. La naturaleza zumba al fondo, y aunque “calma” hay un sentido amenazante y peligroso, reconocido por el padre cuando dijo “Ten cuidado” (linea 6).

    Hay muchas aves en este cuento (garzas, tucanes, palomas). Una frase especialmente resonante a mí era línea 56-57, “La Saint-Etienne…--piensa el padre al reconocer la detonación.—Dos palomas de menos en el monte…” Eso es el momento del muerte de hijo, pero el padre no lo sabe. En mi mente, las palomas simbolizan paz y de ahora en adelante, no habrá más paz para el padre.
    --Sarah Keeney

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    1. Qué interesante que dijiste sobre las palomas. Yo no hice la misma conexión, sin embargo tu análisis tiene razón--una sutileza que realmente significa algo mucho más profundo. También el hecho que el padre da más atención a la naturaleza que a su hijo. Se da cuento que hay dos palomas menos en las cierras aunque no se da cuento de la muerte de su hijo y el disparo del arma.
      -Julia Tienson

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    2. Me alegra ver que habéis escrito sobre el simbolismo de las varias aves. Creo que tienes razón sobre la importancia de la paloma como símbolo de paz. Y también en la cantidad de dos, no? Con este tiro, la paz de dos personas mueren, la del padre y del hijo. Además, he fijado en la importancia de las garzas, especialmente en el último diálogo entre el padre y su hijo (en forma de alucinación) a cerca de la linea 130, en que el hijo cita las garzas como excusa por no haber volver a las mediodía. Dice que "las seguí" las garzas. Es interesante porque la garza es un símbolo egipcio de renacimiento y de Osiris. En este momento de diálogo, el hijo es resucitado, si sólo en la mente del padre.

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  4. El cuento emplea la suspensión muy efectivamente para que la audiencia se sienta la preocupación del padre. Yo estoy de acuerdo con los otros estudiantes, que hay mucha naturaleza en el cuento y parece su propio personaje. El calor es indicativo de un evento grave, como casi siempre es en la literatura (igual que tormentas, etc.) A mi me gusta el elemento de alucinación combinada con la naturaleza y el calor, y para mi la lengua que usa el autor me permite crear la escena en mi mente; casi estoy sudando, tan loco en mi preocupación por el hijo que siento palpitar el corazón. En mi mente yo igual miro al cerro salvaje rodeado con oscura naturaleza que se comió al hijo. El cuento parece muy “americano,” en el tema del hombre versus la naturaleza y la manera en que describe el ambiente como bello, peligroso, necesario.
    -Paul R

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  5. Me parece interesante que el cuento se titula “El hijo” aunque todo que conoce el lector de su personaje es a través de la perspectiva del padre. También, estoy de acuerdo con los otros comentarios sobre la naturaleza y como es casi un personaje en el cuento. Aunque, para mi, me parece más que el padre quiere que la naturaleza sea un personaje pero no es. Como viudo y viviendo en un lugar tan rural con sólo su hijo él ha personificado la naturaleza para escapar su deprimente y sola realidad. Las alucinaciones son un elemento interesante también porque las tortura pero al mismo tiempo permitan a él escapar la realidad para que no siempre puede distinguir la realidad desde sus percepciones falsas.
    La naturaleza le da una distracción de su tristeza. Después de contar una de sus alucinaciones del pasado dice, “Horribles cosas…Pero hoy, con el ardiente y vital día de verano[…] el padre se siente feliz, tranquilo y seguro del porvenir” (52-4). Luego, cuando el padre empieza sentir preocupado con el hecho que su hijo no ha regresado él se va para encontrarlo y cuando menciona la naturaleza es como quiere que pueda hacer algo de ayudarle. “La cabeza al aire y sin machete, el padre va. […] Pero la naturaleza prosigue detenida” (89-90).
    Me parece curioso también que cuando el padre se va para buscar a su hijo no grita a su nombre al principio. Yo sé que tiene miedo pero normalmente es la primera cosa que hacemos cuando pensamos que alguien está perdido. Es como parte de su mente sabe que está muerto pero no quiere creerlo. Y al final, tiene otra alucinación de su encuentro con su hijo. Este vez es una alucinación feliz pero que le permite escapar la verdadera, trágica e horrible realidad.
    También, el cambio de la naturaleza desde la descripción al principio y como la imaginamos al final. Empieza a mencionar “centelleos de alambre” (133) en el bosque y al final describe sus piernas después caminando en la selva, “enredadas en el alambre de púa” (142). La naturaleza y la selva del cuento no me parecían muy peligrosas pero “alambre de púa” es algo que yo asocio con la cárcel y con áreas prohibidas y peligrosas. No estoy segura de que exactamente representa, aunque el cambio en la descripción me parece importante advertir.
    -Julia Tienson

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  6. La relación entre la trama de este cuento y los trágicos acontecimientos de la vida de Quiroga es evidente. La introducción establece que varios de los parientes de Quiroga han muerto de maneras trágicas, incluyendo su padre, su padrastro, un amigo, y su primera esposa. También el carácter peligroso de la naturaleza refleja la preocupación del autor con este tema tras su vida. De esta manera “El hijo” refleja de manera concreta las circunstancias de la vida de Quiroga. La personificación de la naturaleza es evidente desde el primer párrafo cuando dice que “La naturaleza, plenamente abierta, se siente satisfecha de sí” (3). Me interesa la posibilidad de que esta personificación de la naturaleza demuestra que el padre tiene una relación intima con la naturaleza. Sin embargo, se refiere al calor varias veces. Un color incomoda puede simboliza el carácter de la naturaleza - el peligro siempre presente. El padre depende en la naturaleza para comer, es decir para vivir. Aunque el cuento tiene lugar en esta realidad, lo irreal también es evidente en las alucinaciones del padre. Aunque el cuento incluye ambos, Quiroga distingue entre la realidad y la fantasía por referencias al estado mental psicopatológico del padre. Con respeto a la conclusión del cuento en que triunfa la irracionalidad del padre, me parece que el mensaje del cuento es que algunos acontecimientos tan horribles de la vida no pueden ser afrontados.

    Katie Somfleth

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  7. El Hijo


    Esta obra esta sumamente interesan, la historia que Quiroga relata es sin duda su vida personal ya que su vida estuvo marcado por acontecimientos trágicos. EL estilo de Quiroga también párese ser único ya que el relata “El hijo” por medio de elementos reales e irreales. El cuento empieza con un padre “liberal” quién educo a su hijo ser liberal como se describe en la línea 35. El padre parece estar muy confiado por la seguridad de su hijo como se muestra en la línea 14 “ lo sigue un rato con los hijo y vuelve a su quehacer”. También encuentro ironía en la línea 33 “ A los trece años hubiera dado la vida por poseer una escopeta…su hijo la posee ahora” Porque sin duda su hijo pierde la vida por la escopeta. Además de estos acontecimientos la alucinación del padre afirma el estilo de Quiroga. Las alucinación hace que uno pierda pensamiento entre lo real e irreal como podemos ver en la línea 135-137 donde supuestamente el padre regresa con su hijo pero al final de la historia se revela la triste realidad.

    Jorge Salazar

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  8. El cuento empieza en la seguridad de su casa que representa el control del padre de su hijo pero también pero de su propio mente también. Todo empieza en un ambiente seguro e ideal. La naturaleza misma es una imagen positiva al comienzo del cuento con las líneas 2 y 3 "La naturaleza, plenamente abierta, se siente satisfecha de sí". Es como una alucinación de la naturaleza como algo diferente que la verdadera naturaleza (especialmente el ambiente peligroso de Misiones). La naturaleza puede ser un reflejo de la instabilidad de la mente del padre. Empieza con una escena simple pero decepcionada y la selva convirtió en un ambiente peligroso después de que su hijo no regresó. Describe la selva después del punto cuando el padre se dio cuenta de que su hijo no volviera con las líneas 89-91 "La cabeza al aire y sin machete, el padre va... costea la línea de cactus sin hallar el menor rastro de su hijo. Pero la naturaleza prosigue detenida." Esto puede ser una representación del comienzo de la pérdida de control de su mente. Es después de su preocupación para su hijo y el comienzo de las alucinaciones cuando el padre descubrió el cuerpo de su hijo que en realidad no estaba allí. No tenía ninguna defensa contra la selva (sin machete) que representa el cambio de la estabilidad de su mente, sin control y también la pérdida de control para proteger su hijo. Puede ser un reflejo de la vida de Quiroga con sus hijos. Quería protegerlos después de su padre, su padrastro y su esposa murieron. Más allá fue publicado poco antes de la muerte de Quiroga y "El hijo" puede ser un reflejo del miedo que Quiroga tenía para sus hijos sin sus padres.

    Taylor Newcomer

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  10. Inmediatamente, al comienzo del cuento, vemos uno de las temas más caracterizados de Quiroga-- la naturaleza con una descripción extensa que emplea sinonimia (verano - estación y sol - calor). De aún más importancia es la utilización de la alusión que hace referencia al único y último disparo del hijo y la calma del silencio que sigue. Eso está enfatizado por la personificación del día (por decir que es poderoso) y la estación (que puede disparar).

    La inocencia de la juventud surge con al descripción del temperamento del hijo por sus ojos azules "frescos aún de sorpresa infantil." Aunque eso parece ser un buen característico, verdaderamente es una representación de vulnerabilidad, la cual es muy peligroso. Esta vulnerabilidad es una extensión de las preocupaciones del padre viudo.

    Me parece que los ojos, especialmente los del papá, tienen un papel interesante en el cuento.Como en el poema "Los cisnes" por Delmira Agustini, los ojos del padre representan su mirada que interactúa con (su percepción de) la realidad. En contraste del lago de las pupilas de Augstini,sin embargo, la mirada del padre es poco fidedigna debido a las alucinaciones que se aleja de su hijo.

    Otra cosa que me fijé es el color rojo que está repetido por toda la obra no sólo por adjetivos como "candente," sino por las descripciones del medio ambiente. Por ejemplo las imágenes del sol, calor, la picada roja, aire enrarecido como un horno, un profundo zumbido, corazón, machete, sudor, quebrantado de cuerpo, etc. Parece que hay un tema subyacente de algún tipo de tortura, como que la selva está vivo. Puede ser que hay más vida que muerte en sus cuentos? Puede ser que Quiroga nos enseña que el entendimiento humano es miope e ignorante?

    De todas maneras, no creo que sea coincidencia que Quiroga describe la naturaleza (a través del medio ambiente, el sol y el aire) como algo muy calmado y casi hipnotizador con "un profundo zumbido que llena el ser entero e impregna el ámbito hasta done la vita alcanza." Esta calma pesada simboliza la calamidad inmóvil que se siente por su vida (llena de violencia) y su contacto con el silencio auténtico.

    Es decir que la "confianza ciega" (antítesis) del padre en el cuento, se extiende al orgullo falso de los seres humanos que está construido como las ciudades metropolitanas. Así, la naturaleza (la muerte) siempre triunfa.

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  11. El autor menciona que el padre es un viudo. Es significante porque el estado de su mente es cuestionable porque él vive sin su esposa, y su hijo sin una madre (también él sufre de alucinados). Entonces, al fin de la historia, cuando regresa con su hijo, quien, en realidad, había muerto, es como si su mente finalmente hubiera roto. No puede hacer frente de todo.
    También, la naturaleza y su fuerza parece significar que todo es calma, normal, excepto la vida del padre. Hay énfasis en la primera parte en la calma del día. El poema parece ser una metáfora para pérdida. El día 'abierta' y 'calma' traiciona al padre y lleva a su hijo de él. Como todos padres, cuando su hijo no regresa a casa, él le preocupa y después presagia que pasó a su hijo. Este es últimamente lo que causa la alucinación final cuando el padre vuelve a casa con su hijo, salvo y vivo.
    Ashley Reed

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  12. ¡Este cuenta es trágica, real, y muy intenso! Más aún, Quiroga tiene mucho éxito hace al lector sentirse muy asustado y preocupado en todas partes de la historia. Como el lector, se siente la acumulación intensa de angustia emocional del padre. Inmediatamente, se menciona el poder y confianza de la naturaleza. Esto establece la escena en la que el hombre es impotente ante la naturaleza. Pero en esta historia no hay ningunas bestias salvajes o fuerzas naturales que trabajan contra el hombre, es puramente la propia pérdida de la razón del hombre ante la tensión. Cuando el cuenta menciona el padre “sufre desde hace un tiempo de alucinaciones” es difícil para el lector saber lo que está realmente ocurriendo y lo que el padre está alucinando. Cuando el padre entra en la selva sus alucinaciones se vuelven más extremas; él “adquiere la seguridad de que cada paso que da en adelante lo lleva, fatal e inexorablemente, al cadáver de su hijo.” Pero entonces sus alucinaciones se conviertan en realidad y se encuentra su hijo. El padre crea otra alucinación de su niño sanos y salvos como medio de evitar la verdad. “El hijo” muestra cómo los seres humanos enfrentar la muerte.

    Hannah Phelps

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  13. Cuando leí lo que Raquel dijo, comencé pensar algo diferente sobre “El Hijo” por Horacio Quiroga que lo pensé cuando lo leí por primera vez. La transformación de la naturaleza por el cuento casi refleja la transformación del padre. Primera, Quiroga describe la naturaleza como “es un poderoso día de verano en Misiones con todo el sol, el calor, y la calma que puede deparar la estación. La naturaleza, plenamente abierta, se siente satisfecha de sí.” Pero el bosque está llena de peligro. Y, como dice Raquel, muchas de las descripciones de la naturaleza son acompañado por figurados del color rojo. Pero pienso que no es que “hay más vida en sus cuentos que muerte;” pienso es un refleja de, por supuesto, el sangre y, precisamente, el muerte. El hijo es muerto, cuando el padre piensa que no. Entonces, la naturaleza no es “calma;” es “candentes,” como el papa es “quebrantado de cuerpo y alma.” La naturaleza, casi personificado como algo que actúa sobre el padre, crea un “profundo zumbido que llena el ser entero e impregna el ámbito hasta donde la vista alcanza, concentra a esa hora toda la vida tropical.”

    Tengo otros pensamientos sobre el uso de “criatura,” específicamente en relación al hijo. Entonces, el hijo ya no es un hijo—es un animal, un parte de la naturaleza y todo que la representa. El hijo, por todo que el padre le piensa, no es más de nada, ni es él. Pensamos ser separado del bosque, en parte por los fusils, etc., pero no somos. Tenemos lo bestial—la locura—dentro de nosotros. Finalmente, el uso de ‘criatura’
    casi prefigura la muerte del hijo, donde se volverá a la naturaleza, por su cuerpo. Encontré esa conexión, porque usa criatura para describir el hijo, y en el frase “Tan fácilmente una criatura calcula mal, sienta un pie en el vacío, y se pierde un hijo!” En esta prefiguración, se puede enlace los dos tipos de “criaturas.”
    ~ Zoe Stasko

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  14. Me parece que la naturaleza juega dos papeles paradójicas en el cuento. Obviamente es algo peligroso y lo vemos en la preocupación que tenía el padre por su hijo cazando sólo en la selva y en la línea 80 donde dice “la naturaleza se halla detenido a la vera del bosque”. Pero como dijo Raquel, notó que hay bastante vida en la descripción de la naturaleza, y esa represente la vida del hijo. En las líneas 73-74 dice, “Bruscamente, la luz meridiana, el zumbido tropical y el corazón del padre se detienen a compás de lo que acaba de pensar: su hijo descansa inmóvil”. Después de esa línea, ya no hay vida en la naturaleza y esa presagia el destino del hijo. También esa línea establece un vinculo entre el calor del día con la felicidad del padre. En líneas 58-63, habla de la despreocupación del padre en el estampido y poco después, el apogeo de “toda la vida tropical”. No hay más sobre el calor hasta el fin, líneas 138-142, cuando vuelve con su hijo “empapado de sudor, y aunque quebrando de cuerpo y alma, sonríe de felicidad…” El calor más insoportable es el alucinación más real, pero al fin, doloroso.
    Erika Perkinson

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  15. “El hijo” es un reflejo de las características que Horacio Quiroga creían en absoluta. Es la verdad que Quiroga se creó un “arte narrativo” que enfoca en la muerte accidental, violenta, y las anormalidades psicológicas. En “el hijo”, la muerte del hijo significa “la muerte accidental” porque es un parodia burda. Pero, también es un reflejo del tema de ilusiones versus realidad. La incapacidad del padre para mirar al mundo mas claro significa la “superposición de elementos reales e irreales” que Quiroga le gusta mucho. Como Delmira Agustini en su poema “El Cisne” hay el elemento de “los ojos” y lo que representa. Como “El Cisne” los ojos son un parte raro de los humanos y es más importante para hacer las percepciones de otros, naturaleza, y el espacio para vivir con intención. Pero, hay el elemento de peligroso y violencia que nos dejan. En las lineas 41-43, Quiroga le dijo que cuando una persona conoce bien sus fuerzas es más fácil para vivir con intención de paz y tranquilidad (como la naturaleza): “El peligro subsiste siempre para el hombre cualquier edad; pero su amenaza amengua si desde pequeño se acostumbra a no contar sino con sus propias fuerzas”. Pienso que “el hijo” nos da el mismo mensaje que Delmira y de Darío también: para vivir con intención y sin control completo de su vida—poder las divinas de naturaleza tomando control.
    -Stephanie N. Jones

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  16. Aunque esta historia es triste, realmente lo disfruté. Quiroga utiliza el suspenso y ejemplos de las ideas de la naturaleza y la muerte en "El Hijo". Hay muchos símiles actuales acerca de la idea de la naturaleza. Por ejemplo, cuando dice, "Como el sol, El calor y la calma ambiente, el padre abre también su corazón a la naturaleza." Para mí esta comparación parece como si él está confiando en la naturaleza. Sin embargo creo que una de las ideas Quiroga está tratando de transmitir es que una persona no tiene el control cuando se enfrentan a las fuerzas de la naturaleza. Se habla de la naturaleza como si se tratara de una persona cuando dice: ".. la Naturaleza en sí Halla una detenida la vera del bizcocho, esparándolo .." Para mí esta personificación enfatiza cómo la naturaleza es todavía desconocido. Al final el padre se enfrenta a la tragedia y la muerte y se enfrenta a las ideas de lo que es real y lo que es una ilusión.
    -Ivy Mochary

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  17. La obediencia es una tema importante a esta obra. El hijo está obediente con todas las comandos de su papá. Esa obra refleja el relación totalitariano. El padre quiere demasiado a su hijo y por la misma razon crea demasiado trabajo para apoyar y educar a su hijo. Al final debido de estar ocupado con su trabajo el padre no podía buscar a su hijo a quién ha matado por la escopeta dío por su papá. Esta es ejemplo de ideas circulares y un poco de la prefiguración y paradoja. Esta obra enfatiza la importancia del equilibrio en la vida.

    Hay muchas figuras retoricas en El Hijo incluyendo el símil: Como el sol, el calor y la calma ambiente, el padre abre también su corazón a la naturaleza, El aire enrarecido como un horno, la Metáfora ¡Tan fácilmente una criatura calcula mal, sienta un pie en el vacío y se pierde un hijo! Personificación: Su corazón clama por él a gritos ….. Y otros.
    -Justin Wilcke

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  18. Pablo Flores:
    Este cuento de Horacio Quiroga es muy interesante, porque hay una insinuación porque Quiroga tenia una pasión por las armas y también que las armas le causaron muchas tragedias alrededor del escritor. Un poco sobre el análisis del cuento, es que al padre le causa mucha tristeza al padre porque su esposa y otro hijo a muerto a si que la única esperanza que tiene el padre es su único hijo. El padre quiere demasiado al hijo por eso trabaja fuertemente para sostener y educar a su hijo. Algunos de los temas reflejas en el cuento son; el amor, cacería, y muerte.

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  19. El papel de la naturaleza en “El hijo”

    El padre, que ya está solo por ser viudo, tiene problemas con confiar en la vida, que está llena de peligro y también en su propia capacidad de vencer su temor de pérdida. Para mí, en el cuento la naturaleza, que tiene “un profundo zumbido que llena el ser entero”, representa todo el peligro de su mundo y es el escenario para sus alucinaciones, que son manifestaciones de temor y tienen su propio “zumbido” porque lo rodean. El padre intenta superar su temor y deja ir al mundo su hijo, lo que es expresado por el símil, “como el sol, el calor, y la calma ambiente, el padre abre también su corazón a la naturaleza”. Trata de afectar una fuerza mental para detener las alucinaciones, que ambos lo torturan y lo salvan; sin embargo, se lo envuelven, lo que se ve en la personificación de la naturaleza que “se halla detenida a la vera del bosque, esperándolo…” La naturaleza tiene un papel principal como una representación del peligro mundial pero también como una reflexión de la fragilidad mental del padre con su “zumbido tropical”.

    -Rachel Thomas

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  20. En “El hijo”, el autor utiliza imagenes muy descriptivas para contar el cuento de un padre y su hijo. Las imagenes que el author pinto con sus palabras trajeron el cuento a la vida y tambien hizo el fin mas tragico. La descripcion del cadaver del hijo fue muy intenso. Me parecio interesante que el padre del autor murio de una manera similar a la forma en que el hijo murio en el cuento. ¿Es posible que el autor estaba reflexionando sobre la muerte de su padre? Creo que el autor podria estar utilizando la muerte del niño para representar a la dificultad de crecer sin un padre en una manera atrasada. ¿Que te parece?
    -Kevin Love

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  21. La obra de Quiroga se podría comparado con la de Cortázar, los dos mezclan lo real con lo irreal, y tratan sobre temas "oscuros". Pero en "El hijo" no hay un elemento de lo fantástico, sino de lo psicopatológico. Por ejemplo, en el cuento “La noche boca arriba” lo real y lo irreal son tan mezclados que, al desenlace del cuento, no sabemos si el muerto del protagonista es la realidad o sólo el sueño. Este carácter del escrito de Cortázar nos da refugio de la realidad horrorosa, o sea, podemos negarla, podemos decirnos, al fin de cuento, "sólo fue un sueño, cosas así no pasan en realidad." Pero en "El hijo", a pesar de la alucinación que da consuelo del padre, Quiroga no da el lector la misma escapa, ni siquiera una gota de vaguedad para que pudiéramos dudar la verdad de la conclusión dolorosa. Después de dos usos de puntos suspensivos y la descripción del padre sonriendo de felicidad (líneas 138-140) Quiroga hace lo real muy claro. Yo digo que cabrón. Este último párrafo no me conmueve, no me da la impresión de que el autor hizo una elección literaria, una elección que aumenta el poder del cuento, sino de que Quiroga añadió el último párrafo por puro desprecio. Me hace sentir que a lo mejor Quiroga odia su lector un poco y que no tiene simpatía ni respeto al miedo humano de la muerte. Esto de Quiroga me cae bien! No quiero que un autor nos trata delicadamente! De todos modos, probablemente estoy equivocada, y que en realidad Quiroga, como Poe, escribía sobre la muerte para complacer su audiencia lector. Pero con su biografía así, uno tiene que creer que por conocer tanto muerte y dolor psicológico en su vida, el escrito mismo de Quiroga es algo patológico. Que cada cuento es un testimonio a su propia incapacidad para negar la mortalidad humana. O sea, es probable que sea imposible analizar la obra de Quiroga sin tener en cuenta sus experiencias personales. En contraste con Cortázar, cuyos temas de ansiedad y neurosis son menos personales, habla más sobre la pavor del inconsciente colectivo, algo más cerebral, más simbólico. Pero Quiroga nos dice sobre los eventos mas temorosos: "No, no sólo fue un sueño, cosas así sí pasan en realidad." Punto.

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  22. Al leerlo, veo que mi comento no es muy claro. Es que, necesito pensarlo más, solo tengo ideas en fragmentos:

    -La crueldad con que Quiroga trata sus personajes. "El hijo" exhibe una especie de ironía cruel que viene del uso de palabras y descripciones de la felicidad. Lo veo especialmente cruel y irónico que en las líneas 53-54 el padre "se siente feliz, tranquilo y seguro del porvenir." No sé porque pero no lo creo. El narrador me parece no fidedigno, no creo que este viudo, plagado de tanta ansiedad por el seguro de su hijo que es casi patológico, pueda sentirse verdadero felicidad. La presencia de tantas mencionas de la sonrisa del padre sólo lo hace el giro inesperado de la conclusión más cruel.

    En contraste:

    -No es el narrador que es poco fidedigno, sino el personaje del padre cuya "vista enferma" se alterna esporádicamente entre optimismo y pesimismo. Este cuento es, en esencia, sobre las mecanismos de enfrentamiento que usamos para sobrellevar tragedia y trauma. Y sobre la batalla dentro todos nosotros entre el pensamiento racional y pesadilla, específicamente cuando se trata de las vidas de nuestros queridos. Y es una batalla que el padre pierde. Líneas 81-85 lo resumen:

    "¡Oh! no son suficientes un carácter templado y una ciega confianza en la educación de un hijo para ahuyentar el espectro de la fatalidad que un padre de vista enferma ve alzarse desde la línea del monte. Distracción, olvido, demora fortuita: ninguno de estos nimios motivos que pueden retardar la llegada de su hijo halla cabida en aquel corazón."

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  23. El hijo de Horacio Quiroga nos demostró perfectamente la capacidad que tuvo para les confundir y hechizar a sus lectores. Por ejemplo el padre del hijo tiene problemas con la percepción de la realidad, tiene muchas alucinaciones tan inquietantes y gráficas. El padre recuerde otros momentos como que él vi a su hijo muerto, pero en unos momentos tras la ocurrencia, le di cuenta al padre que su hijo no estuvo muerto: “Lo ha visto una vez rodar envuelto en sangre cuando el chico percutía en la morsa del taller una bala de parabellum ..”
    Al fin del cuento es la cosa más alarmante al lector, Quiroga le dan sorpresa a los lectores cuando revela que el hijo del padre se murió a las diez en la mañana el mismo día de la historia pero el cuento empieza a las doce o un poco después. Por consiguiente, se puede tener la opinión que la realidad del cuento al padre del hijo y al lector también es falsa. Sin saberlo el lector participa en la alucinación del padre. Y ésta prueba que la irracionalidad se prolifera en este cuento.

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